Una corredora se recuperó del coronavirus y donó plasma dos veces
Después de pasarla mal por un tiempo, se recuperó y a los días ya estaba ofreciéndose como voluntaria para donar plasma.
Melissa Sullivan conocía los síntomas del Covid-19 por dentro y por fuera. Como portavoz de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, se desempeñó en un grupo de trabajo del gobierno de ese país durante tres meses durante el comienzo de la pandemia para ayudar con las solicitudes de los medios.
Sabía los síntomas a los que debía prestar atención y las precauciones que debía tomar para evitar contraer la enfermedad.
Entonces, cuando esta corredora de 35 años con residencia en Washington sintió dificultad para respirar después de una carrera de entrenamiento de seis millas hace unos meses atrás, se preocupó enseguida.
Poco después de que comenzara a tener problemas para respirar, Sullivan desarrolló fiebre, escalofríos y desorientación.
Sin embargo decidió esperar un poco antes de buscar atención médica. “Al día siguiente, sentí como si un tren me golpeara”, dijo.
Sullivan dio positivo en el test y pasó una noche en la sala de emergencias, recibiendo líquidos para combatir la deshidratación por diarrea severa y vómitos.
Durante un mes no pudo correr: estaba entrenando para el maratón virtual del Cuerpo de Marines, pero eso quedó descartado de inmediato.
Cuando se recuperó al menos en su mayor parte (todavía sufría cansancio, meses después de su diagnóstico), recordó los artículos de noticias que había leído durante el verano sobre cómo el plasma convaleciente de personas que se habían recuperado del Covid-19 podría ser un tratamiento prometedor para personas que luchan contra el virus.
Pero a ella no le gustan las agujas, y eso casi la disuadió de donar. “Le tengo mucho miedo a las agujas y eso siempre me impidió tener el valor de donar sangre, aunque siempre he querido ayudar”, explicó la runner. Pero finalmente decidió animarse.
Una vez que Sullivan estuvo libre de síntomas durante 14 días y cumplió con los requisitos de otros donantes, trabajó con la Cruz Roja Americana para programar una cita para la donación de plasma.
Dijo que el proceso de registro para donar y la recolección real fueron perfectos, y el equipo de la Cruz Roja Americana la hizo sentir cómoda.
“Llamé con muchas preguntas y me hicieron sentir que lo que estaba haciendo importaba”, dijo, y señaló que para ella fue importante saber a dónde iba su donación: “No fue solo en un agujero negro de plasma. Realmente estaba beneficiando a alguien”.
Al mismo tiempo, Melissa agregó: “Estoy segura de que lo manejan mucho, pero comprendieron mis inquietudes y me guiaron a lo largo del proceso. Hicieron que me sintiera valorada, y no fue tan malo como creía. Cuando acabaron pregunté si eso era todo”.
Finalmente, una vez ya recuperada totalmente del coronavirus, Sullivan volvió a correr y finalmente completó su tercer maratón del Cuerpo de Marines.
Estuvo un poco más lenta de lo habitual, pero ella dijo que se sintió muy bien. Y lo más importante, seguramente, fue haber dejado atrás la enfermedad y los miedos.