Kokichi Tsuburaya, el atleta olímpico que se suicidó por no ganar
La historia del maratonista japonés Kokichi Tsuburaya es en extremo trágica, pero vale la pena contarla y aprender de su filosofía.
La historia del maratonista japonés Kokichi Tsuburaya es en extremo trágica, pero vale la pena contarla y aprender de su filosofía.
Tsuburaya tenía como filosofía de vida el honor como centro y principal sendero de su existencia ,y para el era lo único que regía sus días.
En los Juegos Olímpicos de 1964 en Tokio logró la medalla de bronce después de un tremendo esfuerzo, pero él no estaba contento y lo tomó como un fracaso y una ofensa a su nación, debido a que en su país había una gran ilusión de verlo campeón.
Entonces, el alcanzar la cima en la cita olímpica se volvió una obsesión y declaró: “Ofendí gravemente al pueblo japonés, solo obtendré el perdón venciendo en los Juegos de México 1968”.
Por la revancha
Para obtener el logro, el atleta japonés se fijó un duro plan de entrenamiento, cambió todas sus costumbres e incluso aplazó su boda para enfocarse en su meta.
Pero tanta intensidad le pasaría factura, y en 1967 sufre una lumbalgia crónica por la cual debió estar un mes hospitalizado.
Al retornar a los entrenamientos ya nada era igual, y vivía con molestias. En esas condiciones, supo que alcanzar el objetivo era cada día más imposible.
El 9 de enero de 1968 se quitó la vida cortándose la carótida con una cuchilla de afeitar. Cuando lo encontraron, el atleta tenía en una mano aferrada su medalla de bronce y en la otra una nota :” Siento mucho crear problemas, estoy demasiado cansado para correr más”.
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