Todos hemos visto alguna vez, aunque más no sea en la playa, a personas corriendo descalzas. Y enseguida nos surgió la duda de si eso era o no beneficioso.
¿Cuál es la respuesta? Que cuenta con algunos aspectos positivos el hacerlo sin zapatillas.
El principal es el evitar el taloneo, para que justamente el talón sea la última parte del pie en tocar el suelo después de cada zancada, y no al revés. Con esta técnica, además de mejorar la rutina deportiva, también prevenimos lesiones según aseguran los expertos.
Al correr descalzos, la rodilla, el tobillo y la cadera se ocupan de la función de amortiguación que hace el talón cuando se usan zapatillas.
De esta manera, el rendimiento es más natural y, una vez adaptados a la situación, los atletas mejoran sus marcas. Además, evitar el taloneo tiene efectos positivos en fascitis plantar o lumbalgias.
No obstante, hay que tener en cuenta que las personas con sobrepeso necesitan mayor amortiguación y podrían lesionarse si corren descalzos. En esos casos debe haber un entrenamiento previo y progresivo para después sí poder correr descalzo con garantías.