Quedó cuadripléjico, pero con su bicicleta adaptada hace travesías, cicloturismo y cruza montañas
Alexis Padovani era un rugbier con futuro, pero un accidente lo dejó en silla de ruedas. Le dijeron que no se podría mover, pero nunca se rindió. Además, tiene una banda de rock.
A los 21 años Alexis Padovani era un rugbier con un interesante futuro. Pero un accidente en un partido lo dejó en silla de ruedas y le anunciaron que no podría hacer nada “por sus medios”.
A pesar de ello, a los 44 años logra cruzar montañas, hacer cicloturismo y completó travesías de montaña tales como el Valle de la Luna, en San Juan; la Ruta J de Tierra del Fuego y en las Islas Malvinas, donde unió Darwin con Puerto Argentino. Su “locura” más reciente fue completar el Cruce de Los Andes.
Actuaba de pilar en el Club Atlético San Isidro (CASI) y fue citado para la Selección de menores de 21 años. Al participar en 1997 de un partido a beneficio de jugadores lesionados medulares que organizaba la Fundación Rugby Amistad, se lesionó la sexta vértebra cervical, quedó cuadripléjico y pensó que iba a tener que depender de otros para poder continuar durante toda su vida.
De hecho, fue el diagnóstico que le brindaron los médicos. Pasó de vivir para el deporte a tener que pedir ayuda para vestirse.
Volver a empezar
Lejos de abandonar sus sueños, comenzó una intensa rehabilitación y encontró en el ciclismo un camino.
Así fue como a los 44 años cumplió con uno de los desafíos más exigentes que podría ponerse como meta: hacer el Cruce de los Andes con su bicicleta adaptada.
Para lograr ponerse a punto, se instaló en el Barrio Cauquenes de Ushuaia, escenario donde entrenó por más de un mes, además de ejercicios en un gimnasio, con pasadas de 20 kilómetros cuatro veces por semana en un terreno desnivelado.
En la salida de la travesía, Alexis y cinco compañeros partieron en medio de un fuerte temporal, con lluvia y viento en contra.
El inicio fue desde la localidad de Tolhuin, en Tierra del Fuego, para dos días después llegar hasta Ushuaia, atravesando el Paso Garibaldi hasta el Cerro Castor.
“Tuvimos que trepar con paciencia porque yo voy en una bici de tres ruedas que se tracciona desde un pedal de propulsión simétrica que a su vez es el manubrio de la bici. Cuando el camino lo amerita en la parte trasera de la bici hay un manillar que lo utilizan quienes me acompañan para asistirme como si fueran un cambio más. Por mi lesión yo solo no podría trepar el Garibaldi”, contó.
Al mismo tiempo, Alexis agregó: “Esto es para que vean que en la condición que estoy, con una lesión medular, puedo ser independiente y manejarme por mi cuenta. Con laburo y dedicación se pueden lograr estos objetivos”.
La música, su otra pasión
Además del deporte, es músico y cantante de la banda Resanta, que tocó en el Cosquín Rock (uno de los festivales más importantes de Argentina) hace unos años.
“Si me preguntas que soy, soy artista. Nunca dejé de hacer deporte a pesar de mi lesión”, expresa entre risas.
En una mirada sobre su vida y el desafío de atravesar fronteras que van más allá de lo geográfico, detalló: “El mensaje que quiero dar es que las cosas hay que intentarlas, es importante siempre tener metas y que nuestros propios muros mentales no las transformen en utopías, sino que seamos nosotros a través de la convicción y el trabajo los que las convirtamos en realidad. O por lo menos intentar lograrlas y llevarnos con nosotros la experiencia, el haberlo intentando”.
Cumpliendo sueños
Finalmente, Alexis sostuvo: “Si pudiera volver el tiempo atrás iría hacia aquel momento con el médico, lo miraría a los ojos y le diría: ‘Un día voy a cruzar Los Andes y tocar con mi banda en el Cosquín Rock'”.
¿Qué se viene? Acompañado por sus amigos, la idea es encarar una travesía por El Calafate y el Perito Moreno en noviembre, mientras que en marzo del 2022 aspira a recorrer la Antártida.
Lo cierto es que nada lo detuvo…y puede seguir cumpliendo sus sueños.