Perdió una pierna pero jamás dejó de correr
En un accidente de tránsito, a Fernando le debieron amputar una de sus piernas. A pesar de un tiempo, aprendió a moverse con muletas y volvió a hacer lo que más le gusta: salir a correr.
Correr una maratón es algo complejo, que lleva mucho tiempo prepararlo, y entre tres y seis horas correrlo.
Es por eso que la historia de Fernando Vargas muestra a un hombre que superó los límites y dejó una enseñanza: a pesar de haber perdido una pierna, jamás dejó de correr y se lo ve seguido en cuanta carrera haya en México.
De joven ganó varias carreras y hasta fue becado por el Comité Olímpico Mexicano.
Hoy en día, la gente ya lo reconoce y lo ovaciona. Sus amigos lo conocen como “Pato Fiel”, y a él no le importa si llega último en las competencias, porque hace lo que más ama, correr…
El accidente que le modificó la vida sucedió en 1992, cuando Fernando se dirigía a su trabajo. Mientras cumplía con su rutina diaria, el bus en el que se trasladaba fue impactado por un camión de carga de 40 toneladas.
En la tragedia, varias personas fallecieron y sólo se pudieron rescatar a cinco sobrevivientes. A pesar de salvar su vida, debió ser intervenido quirúrgicamente y le debieron amputar una de sus piernas.
“Cuando desperté, ya no tenía una de mis piernas”, rememoró. Su retorno no fue nada sencillo. Debió aprender a caminar ayudado por muletas, hasta que retomó de a poco una de sus pasiones: el salir a correr.
Así fue como Fernando aprendió a manejarse de una manera diferente, y logró superar el reto, y a la fecha, suma más de una veintena de maratones, incluyendo la de la Ciudad de México.
Su retorno fue una prueba que unía Puebla y Tlaxcala, y acompañado por el amor de su familia, logró cruzar la meta.
Su sueño no es sencillo: conseguir la mejor marca corriendo un maratón en muletas y meterse en el libro Récord Guinness.
El mejor tiempo en esa modalidad ronda las cinco horas, y aunque el desafío es duro y complejo, para “Pato Fiel” no hay nada imposible.
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