Gebrselassie, el Rey de los 10 mil metros
El atleta de Etiopía es una de las grandes estrellas de la historia del atletismo mundial.
A lo largo de los años, muchas figuras se destacaron en distintos eventos y fueron a través de sus éxitos colocando su nombre entre los mejores de la historia.
Uno de ellos fue el etíope Haile Gebrselassie, un incansable en las carreras de fondo y ganador de títulos en 16 disciplinas distintas.
Haile fue hijo de un granjero y tuvo nueve hermanos. Desde sus inicios, este atleta se ganó el apodo de “neftenga” (crack), gracias a las cualidades mostradas en las carreras que disputaba.
Desde el arranque de su trayectoria deportiva, aquellos que lo vieron ya anticipaban un gran talento.
Sus inicios en el deporte
Cuentan que un tanto obligado y bien de pequeño, porque desde los 4 años esos 10 kilómetros que separaban su hogar de la escuela lo invitaban a intercalar caminata y trote cada día de ida y de vuelta.
La aparición de Haile en el deporte internacional fue en la categoría juvenil del Mundial 1992, donde se impuso tanto en los 5.000 como en los 10.000 metros con muy buenos registros.
Haber sido el mejor del mundo en ambas pruebas le permitió dar el salto necesario a la categoría de mayores, donde confirmó su nivel y celebró apenas un año después el título en los 10.000 y el subcampeonato en los 5.000.
La llegada de más podios
Lo que vino después es historia pura: Cuatro oros mundialistas consecutivos en los 10 mil de Stuttgart 1993, Gotemburgo 1995, Atenas 1997 y Sevilla 1999, muy bien acompañados de las medallas doradas en Atlanta 1996 y Sidney 2000. Un rendimiento imparable.
Como si toda esa seguidilla de logros no hubiese sido suficiente para su currículum, Gebrselassie tenía algo más para dar. El gran golpe llegó a sus 35 años y en otra distancia, cuando nadie esperaba una marca así.
En el Maratón Berlín 2008, Haile se despachó con 2 horas, 3 minutos y 59 segundos para conseguir un récord mundial que aún hoy permanece entre las mejores marcas de la historia.
La anterior marca, lograda sobre el mismo escenario y ostentada por él mismo, era de 2 horas, 4 minutos y 26 segundos.
Una vez retirado, sus constantes acciones solidarias y la búsqueda de mejorar las condiciones sociales y económicas de sus compatriotas lo llevaron a ser reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes. El etíope, ahora afuera de las pistas y calles, siguió sumando triunfos.
De hecho, en su país organiza “La Gran Carrera de Etiopía”, de la que participan más de 50 mil runners.
En enero de 2021, en medio de la pandemia, fueron 12 mil los corredores que se sumaron, agotando los cupos permitidos.