Diego Simon, un pequeño gigante

El tandilense Diego Simon es uno de los mejores corredores de montaña. En una entrevista con Más Aire contó su punta de vista de la actividad, habló de los inicios y sus objetivos.

27 de abril de 2019

Hace casi 20 años lo invitaron a sumarse a una carrera de calle y él, más por ver a sus hermanos correr que por otro motivo, aceptó. Eran los 7K de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), ubicada en su ciudad natal, Tandil, y Diego dejó por un rato las raquetas de tenis y se calzó las zapatillas.

Lo que parece un gesto menor terminó siendo casi una forma de vida en estos años para ese chico rubio que de a poco, con perseverancia y entrenamiento, comenzó a hacerse notar en los primeros puestos de las carreras de trail.

Claro, la ciudad de las sierras más antiguas de la Argentina ayuda en la preparación, con subidas y bajadas, senderos limpios para correr y un sinfín de cuestas.

De a poco, la vida de Diego Simon (“sin acento en la O”, corrige el atleta) comenzó a volcarse a las carreras de montaña. Ese chico que estudiaba para ser profesor de educación física, empezó a tomarle el gusto a la velocidad y los logros no tardaron en llegar.¿Fue ese el inicio de su amor por las montañas? Difícil decirlo.

De chico, junto con su familia salían a caminar por las sierras. Allí, la afinidad con la naturaleza y el entorno comenzó a crecer. Es por eso que hoy, cuando el tandilense corre en medio de esos senderos, no se lo toma como una competencia, sino como una diversión.

“El correr en Tandil me relaja y divierte. Cuando estoy corriendo me olvido de que es una competencia, me gusta ir jugando por los senderos y olvidar a cuanto hago el kilómetro (algo que en la calle es difícil de sacar de la mente)”, explica el atleta de la firma Salomon mientras se desata las zapatillas en una charla con Más Aire.

Acaba de entrenar y busca una botella de agua para tomar un sorbo. Tras tragar el agua, recupera la sonrisa que es parte de su imagen diaria. No es muy temprano, ya que no le gusta madrugar.

“Me gustan las subidas, es mi parte favorita. Siempre trato de subir corriendo hasta la cima, de ganarle a la montaña… ¡Aunque reconozco que la mayoría de las veces me gana ella a mí!”, bromea.

Europa, un lugar para crecer

La historia de Diego no tiene secretos. Perseverancia, entrenamiento, constancia y garra. Tomarse la disciplina como un trabajo, esa es la clave que pasa por su mente.
Así fue como empezó a brillar, hasta ganar los 26k de Anetto, en Los Pirineos, España, lugar donde registró el récord de circuito.

Viajar a Europa le cambió la cabeza. Vio un mundo distinto, con carreras todos los fines de semana, premios en dinero, profesionalismo y un nivel de competencia muy alto.

El aprender del Viejo Continente llegó tras conocer al campeón italiano Marco De Gásperi, que vino a la Argentina a competir.

El tano le enseñó una parte del trail que no conocía, y de a poco, formaron una amistad y se convirtió en su entrenador. De Gásperi es seis veces campeón del mundo, pero su humildad es mayor que su talento. Así fue como le enseñó técnicas de ascensos y descensos, entrenamientos o planificación.

En cuanto a lo laboral, Simon es profesor de educación física, entrenador nivel IAFF y cuenta con diferentes cursos, además de un grupo de entrenamiento que comanda en Tandil y otro que coordina a distancia de Buenos Aires (VO2 y UltraGym).

Disfruta el enseñar y no se guardar nada. Y al mismo tiempo, sueña en grande.
Aspira a poder ver como el trail se pueda transformar en un deporte olímpico y, si le dan los años, participar.

 

Las valijas están casi hechas. Su novia Maru se encarga de guardarle un par de remeras de más que Diego se olvidó. Hacen el equipo perfecto. Los pasajes están listos. ¿El destino? El que le marque el destino para seguir corriendo en la montaña, el lugar al que ama.

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