Anjelina Nadai Lohalith, de vivir en un campo de refugiados a campeona de cross country
Anjelina Nadai Lohalith debió escapar de Sudán cuando era niña y ahora se transformó en una campeona internacional de cross country.
En 2016, los Juegos Olímpicos de Rio recibieron por primera vez en la historia a un grupo de 10 deportistas que integraron el primer Equipo Olímpico de Refugiados, creados para brindarles un espacio a aquellos atletas que se vieron obligados a abandonar sus países de origen por guerras, persecuciones ideológicas, violencia generalizada u otras circunstancias que requieran protección internacional. Anjelina Nadai Lohalith fue parte de ese grupo y ahora escribió una importante página dentro del atletismo mundial.
Dentro de ese grupo, la atleta nacida en Sudán del Sur, dicha atleta compitió en los 1500 metros, quedando en el puesto 40 de la clasificación general. Cinco años más tarde, en Tokio 2020, fue 14 en la misma distancia.
Ahora, Anjelina se transformó en la primera atleta del Equipo de Refugiados en conseguir un título internacional, al consagrarse campeona europea de Cross por Clubes en Oropesa.
Anjelina, de Sudán a un campo de refugiados en Kenia
Cuando tan sólo tenía ocho años, Anjelina Nadai Lohalith debió huir de Sudán del Sur por la guerra y en 2002 llegó al campo de refugiados de Kakuma, uno de los más grandes del mundo.
“Todo estaba destruido”, rememoró en una entrevista brindada en la previa de los Juegos de Rio a la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), al tiempo que agregó respecto a la situación vivida: “El hambre era grande, y hoy lo sigue siendo”.
Además de ir a la escuela, la joven empezó a correr y se destacó en los torneos escolares, y tiempo después fue elegida para entrenar junto con la campeona olímpica de maratón, Tegla Loroupe.
“Si llego lejos y tengo éxito, mi sueño no es otro que ayudar a mis padres”, exclama, con el sueño de reencontrarse con la familia, a la que no tras haber huido de su país.
La olímpica en Río 2016 fue también una de las jóvenes atletas que se incorporaron al programa de mentores de la Fundación ‘Sport at the Service of Humanity’.
En 2018, Anjelina participó en el ‘Foro Olimpismo en Acción’, organizado por el Comité Olímpico Internacional durante los Juegos Olímpicos de la Juventud de Verano en Buenos Aires.
El título en Castellón
Oropesa del Mar, en la provincia española de Castellón, fue el lugar elegido para llevar adelante el Campeonato de Europa de Cross por Clubes, y Nadai Lohalith representó al club Alley Runners Club de Tel Aviv.
En dicha competencia, la corredora de Sudán hizo historia al lograr el primer título internacional alcanzado por una atleta refugiada.
En la prueba de cross country, y con un circuito de 8700 metros, cruzó la meta en 27 minutos y 55 segundos. El podio lo completaron la española Irene Sánchez-Escribano, que arribó 5 segundos detrás, y la keniata Fancy Cherono, con una marca de 28 minutos y 9 segundos.
La creación del Equipo de Refugiados
En octubre de 2015, ante la crisis global de refugiados que se estaba atravesando, el presidente del COI anunció en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) la creación del equipo olímpico de refugiados, que compitió por primera vez en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Según la página oficial, el equipo es “un símbolo de esperanza para todos los refugiados del mundo y hará que el mundo sea más consciente de la magnitud de esta crisis. También es una señal para la comunidad internacional de que los refugiados son nuestros semejantes y son un enriquecimiento para la sociedad”.
Años después, en octubre de 2018, cuando faltaban originalmente dos años para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la sesión del COI decidió que habría un Equipo Olímpico de Refugiados para Tokio 2020, y encomendó a Solidaridad Olímpica la tarea de establecer las condiciones de participación y definir el proceso de identificación y selección de un equipo en Tokio. Este proceso se llevó a cabo en estrecha colaboración con la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), los comités olímpicos nacionales, las federaciones deportivas internacionales y el Comité Organizador de Tokio 2020.
Además, el equipo tiene activas sus redes sociales, en las que se explican las historias y las metas de cada uno. Entre ellas, está la de Sandra Aldaas, refugiada siria que explica las complicaciones de compaginar la maternidad con el entrenamiento a la hora de competir. Además, la deportista explica que agradece la existencia del Equipo Olímpico de Refugiados, ya que su situación no le permite competir para su país ni el país donde está refugiada, Países Bajos.
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