Anna, la primera atleta trans de la Argentina
Por primera vez en el país, Anna, una runner compitió en una prueba de federados y marca un nuevo camino dentro del atletismo nacional.
Anna Scappini tiene 32 años y nació en Paraguay. No corre hace mucho, lo que lleva a resaltar más sus marcas. En 10 kilómetros su mejor tiempo es de 41 minutos y 5 segundos, y en 5 mil metros llegó en 20 minutos y 20 segundos.
Incluso, ya cuenta con un par de premios por meterse dentro de las tres primeras.
Pero más allá de ello, su historia se destaca por ser la primera runner en competir en una carrera de atletas federados como trans.
Anna fue parte de la segunda serie femenina de la prueba de 3000 metros llanos que organizó la Federación Atlética Metropolitana (FAM) en el Parque Olímpico. De hecho, ganó con un tiempo de 11.32.93 y fue 12 en la clasificación general, entre 28 competidoras.
Hasta el tramo final de la prueba estaba en la tercera colocación de la serie, pero su sprint final fue impactante y le alcanzó para terminar primera.
Integrante de la tradicional Agrupación Osvaldo Suárez, del partido de Avellaneda, compitió en calidad de invitada, aunque analiza federarse en poco tiempo.
Pero para llegar a su debut deportivo en una competencia federada hubo una historia. Anna eligió mudarse desde su país a la Argentina para “trabajar y estudiar”, según cuenta, pero por sobre todo, alentada por la Ley de Identidad de Género (N° 26.743 – esta ley permite que las personas trans puedan ser inscritas en sus documentos personales con el nombre y el género de elección, además de ordenar que todos los tratamientos médicos de adecuación a la expresión de género sean incluidos en el Programa Médico Obligatorio).
Anna cursa dos carreras en la Universidad Nacional de Quilmes: Administración de Pymes y Licenciatura en Comercio Internacional.
“En América Latina, la Argentina es el país con más inclusión social. Además, Paraguay es muy machista y en cuanto a mi género peor, ya que se siente la homofobia y transfobia. Es muy difícil ser una mujer transexual allí”, cuenta en diálogo con Más Aire.
El comienzo en el running
Recién a fines del 2019 se inició en los 10k y la pandemia frenó un poco su entusiasmo de correr y mejorar sus marcas. A pesar de ello, no bajó los brazos.
Al llegar a Buenos Aires conoció a su pareja, que fue el que le mostró el mundo del running. Así fue como encontró un ambiente que la atrapó.
Hoy en día, su rutina cuenta con 6 entrenamientos a la semana y un día de descanso, además de sumar natación, ciclismo y funcional.
¿Qué análisis se está realizando? “Las personas trans cambiamos nuestros cuerpos a través del TRH (terapia de Reemplazo Hormonal o también dicho Terapia hormonal Cruzada). Es una forma de adecuar el cuerpo a la identidad y género auto-percibidos (desarrollando rasgos femeninos o masculinos, según se desee) mediante la administración de hormonas”, detalla.
Además, Anna agrega: “En mi caso sigo mi terapia con una endocrinóloga especialista en personas trans que controlan mis cuadros hormonales, si están bajas o altas sean las testosterona o estradiol”.
El Caso Semenya como ejemplo
A nivel mundial, el caso de la sudafricana Caster Semenya, doble campeona olímpica de 800 metros, es un tema que aún hoy sigue generando polémica.
La World Athletics, por la normativa que le impide correr en pruebas de 400 a la milla con unos niveles de testosterona superiores a 5 nanomoles por litro de sangre, obligan a la atleta a medicarse. Pero desde los sectores defensores de las atletas trans responden: “Ellas luchan con el trauma emocional y se sienten discriminados y humillados por las pruebas”.
-¿El caso Semenya es tu ejemplo para avanzar?
-Es un tema muy sensible. La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) había realizado un comunicado remarcando que la meta es preservar la igualdad de oportunidades en las competiciones de atletismo, por el caso específico de la olímpica Caster Semenya, que siendo mujer biológica tiene hiperandrogenismo y su cuerpo produce un nivel más alto de testosterona, y en consecuencia, se genera ventaja deportiva por sobre sus competidoras. En mi caso sucede algo similar en el sentido en que debo someterme a un bloqueo de testosterona similar.
-¿Cuál es la meta?
-Mi idea es generar un cimiento en el deporte diverso y no creo llevar una ventaja con las demás chicas a causa del tratamiento hormonal que sigo desde hace unos años y que me hizo perder fuerzas, dándome una contextura femenina. Deben ser especialistas de las instituciones deportivas de Argentina las deben hablar al respecto si lo desean.
Marcar un rumbo
Anna no baja los brazos y cree que su lucha es sólo un paso más hacia una etapa de cambios.
“Espero que dentro de 30 años, cuando una chica trans se anote para hacer deporte no sea un problema ni novedad para nadie. Ni siquiera que sea un hecho que llame la atención. En 1966, en pleno siglo XX, Kathrine Switzer corrió la primera maratón a pesar del rechazo inicial de las entidades deportivas y hoy día, las mujeres corren con total normalidad sin que eso genere ninguna complicación”, refuerza.
-¿El día qué ganes una carrera se generará una polémica?
-Es lógico que ocurra. En muchos casos se cruzan los intereses personales y económicos de distintos atletas y esto puede generar conflictos. Creo que una solución podría ser comenzar a tratar seriamente el tema de los atletas trans en las instituciones. Por ejemplo, se podrían ir estudiando nuevas normas para establecer criterios que prevengan situaciones conflictivas que afecten a los atletas o empañen a los eventos deportivos y carreras en general.
-¿Te vas a federar?
-Por ahora estoy entrenando y disfrutando del deporte. Aprendiendo cada día a correr y a mejorar mi técnica. Soy amateur. ¿Si lo haré? Estoy averiguando para realizar el trámite, ya veré en ese contexto cómo participar cuando esa situación se concrete. ¡Sería muy constructivo para todos si el atletismo diera un ejemplo real de inclusión!
