Consecuencias de una pisada supinadora
La supinación es la insuficiente inclinación hacia adentro del pie después del aterrizaje.
Puede ser el resultado de tener un pie arqueado de forma natural, o también puede ser causado por cierta debilidad muscular en los soleos y gemelos, los tobillos o los pies, que son el resultado de zapatillas mal ajustadas, marcha inadecuada o lesiones previas. Y tener este tipo de pisada es un problema para quienes corren de manera regular. Es por eso que daremos algunos consejos para aliviar los efectos nocivos. Y, también, te diremos cómo determinar si tienes una supinación excesiva.
La primera forma de detectarlo es ver cómo se gastan tus zapatillas: si se las coloca en una superficie plana y se inclinan hacia afuera la supinación seguramente esté en problemas. También puede ser que por el mismo motivo se sufran fracturas de huesos y esguinces de tobillo, ya que los supinadores ejercen más presión sobre la parte exterior de los pies, provocando problemas por estrés en el cuarto y/o quinto metatarsiano.
Otros claros indicios son el sufrir periostitis (un dolor en la parte inferior de la pierna); tener los sóleos y el tendón de Aquiles muy cargados; o la fascitis plantar, que es una punzada aguda o dolor profundo en el medio del talón o a lo largo del arco del pie.
¿Cómo aliviar el síndrome? Una vez que se ha diagnosticado correctamente la supinación (por supuesto, siempre se debe consultar a un médico), hay varias cosas que se pueden hacer para aliviar sus dolencias. Lo primero es incorporar entrenamiento de fuerza, fortaleciendo toda la cadena cinética. Y es recomendable concentrarse en los ejercicios de fortalecimiento de glúteo y cadera, que darán mayor estabilidad al tobillo y los pies, que generalmente son las primeras áreas afectadas por la supinación.
También es muy importante usar el calzado correcto, reemplazando las zapatillas antes de que se desgasten demasiado en el costado. Además, se pueden utilizar plantillas correctoras de la pisada aptas para la supinación, aunque lo ideal -y lo que seguramente recomendará el médico- es usar unas personalizadas.
Por último, es recomendable adoptar una rutina de estiramiento. Elongar los músculos antes y después de correr es algo que en general se debería hacer, pero es especialmente importante para los supinadores. Concentrarnos en los gemelos, los sóleos, el tendón de Aquiles, los tibiales y peroneos, y los tobillos, ayudará a aliviar la tensión.
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