Correr no provoca problemas en las rodillas
Correr no provoca problemas en las rodillas: Lo que quedó claro es que en los individuos sanos no hubo ningún efecto negativo a largo plazo.
Uno de los mitos más comunes es que el correr provoca problemas en las rodillas. Pero eso quedó totalmente desmentido -y hace ya bastante tiempo- en un estudio realizado por el doctor Francis G. Shellock y su equipo en 1985, cuando se realizaron resonancias magnéticas en las rodillas de 23 corredores de maratón (ocho hombres y 15 mujeres), con un promedio de entrenamiento por semana de 41 kilómetros.
Se compararon los resultados de los corredores con los de personas sedentarias y la conclusión fue que “las roturas de menisco en corredores de maratón no es mayor que la reportada para las personas sedentarias, y los corredores tienen la misma cantidad de la degeneración del menisco que los atletas no corredores”.
Además, en 2015 hubo otra investigación realizada en Viena que aportó los mismos resultados: Karl Heinz Kristen, de Sportklinik, realizó resonancias magnéticas a corredores aficionados al maratón.
Lo hicieron antes del maratón de Viena, justo después, y entre seis y ocho semanas más tarde. El estudio tuvo en cuenta, como el anterior, las lesiones preexistentes y las patologías de nueva creación. En seis corredores sin alteraciones anteriores no se experimentaron efectos negativos, concluyeron los científicos.
Un runner con una alteración de menisco de grado III experimentó signos de osteoporosis dos meses después de la carrera. En tanto, en el resto hubo “algunas pequeñas alteraciones de meniscos, pero fueron transitorias”.
Lo que quedó claro es que en los individuos sanos no hubo ningún efecto negativo a largo plazo. Y si bien quienes sufren de lesiones de alto grado en el menisco pueden estar predispuestos a sufrir osteoartritis -aumentada por el estrés que supone la carrera de larga distancia-, de lo que no hay dudas es de que el correr no es malo de por sí, ni provoca problemas en las rodillas.
En todo caso la recomendación sería aumentar la musculatura de las piernas para ayudar al trabajo de la articulación. Pero el mito, entonces, es sólo eso. Y no hay de qué preocuparse.
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