Cuando se apagan las luces… Así están los monumentos históricos que fueron escenario de Juegos Olímpicos

No siempre es el caso, pero con el paso del tiempo algunas millonarias inversiones para albergar los Juegos Olímpicos -de verano o invierno- terminan reducidas a fierro oxidado y concreto quebrado. Aquí algunos de los ejemplos más dramáticos.

Grecia invirtió miles de millones de euros en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Pero muchas de las instalaciones deportivas quedaron en el abandono durante la siguiente década. La pileta de clavados es un ejemplo.

La crisis económica de la que aún se recupera el país del Mediterráneo es una de las razones de ese abandono, aunque muchas de las grandes estructuras deportivas siendo funcionales después de una década de los Juegos.

Al estadio olímpico de Atenas se le nota también la falta de mantenimiento. Pero el recinto hospedó la final de la Liga de Campeones de 2006 y en el mismo juegan los equipos Panathinaikos y AEK Atenas.

Y algunas de las instalaciones de las Olimpiadas de Berlín de 1936 también permanecen abandonadas, 80 años más tarde. Ubicadas en Elstal, pasaron de albergar a unos 4.000 atletas a ser ocupadas como barracas durante la Segunda Guerra Mundial.

Y a partir de 1945 la Villa Olímpica de Berlín también fue empleada como centro de operaciones del Ejército Rojo. Pero a inicios de la década de 1990, el complejo quedó desocupado.

Los Juegos Olímpicos de Invierno también tienen un legado de instalaciones abandonadas, como la pista de bobsled de las Olimpiadas de Sarajevo 1984. Años más tarde, la capital de Bosnia y Herzegovina también sufriría los rigores de la guerra.

El hotel olímpico de Sarajevo, construido en el monte Igman para los juegos invernales, fue abandonado luego de los bombardeos, a principios de la década de 1990.

Y, en Estados Unidos, el estadio Alonzo Herndon -que fue usado en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996- ha sido una de las instalaciones olímpicas que más deterioro ha sufrido desde la celebración de esas Olimpiadas.

A diferencia de otras sedes olímpicas, la capital de China ha mantenido la mayoría de sus instalaciones en activo. Pero “El Cubo” de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 fue transformado en un gran parque acuático.

En el caso de China, son las mascotas de Pekín 2008 las que pagan el precio del abandono.