José Santero, un corredor al que nada lo detiene

El atleta de Lomas de Zamora perdió gran parte de la visión hace más de 12 años, representó al país en los Juegos Paralímpicos de 2012 y sueña con estar en Tokio 2020. Es uno de los mejores maratonistas argentinos.

16 de julio de 2017

El atleta de Lomas de Zamora perdió gran parte de la visión hace más de 12 años, representó al país en los Juegos Paralímpicos de 2012 y sueña con estar en Tokio 2020. Es uno de los mejores maratonistas argentinos.

Federico Sánchez Parodi / Especial para Más Aire

De no ser por el bastón verde, nadie se daría cuenta de las limitaciones de José Luis. Es uno más, y pasa desapercibido. Pero lejos de ser “del montón”, Santero tiene un sinfín de razones para sobresalir y destacarse.
Con 40 años, hace 12 le descubrieron una retinosis pigmentaria que comenzó a disminuirle el campo visual. Lo que en un principio parecía miopía y astigmatismo, se transformó en queratocono (cornea con forma de cono, una enfermedad progresiva).

Pero encima, era de fumarse dos atados de cigarrillos y pesaba más de 100 kilos.

Con ese panorama, su vida debió dar un giro enorme. Así fue como dejó el “pucho”, y a los 29 años comenzó a correr. De a poco, todo cambió. Empezó a encontrar en las carreras la posibilidad de ser saludable, hasta que su talento lo llevó a progresar y a transformarse en el mejor corredor nacional entre los disminuidos visuales.

Es por eso que en lo deportivo, además de haber sido representante paraolímpico en Londres 2012, tiene una extensa nómina de carreras ganadas, tanto en el país como en el extranjero. Varias ediciones de los 42K de Buenos Aires como también en la media maratón, sumando además primeros puestos en distintas distancias.

Recientemente, Santero hizo flamear en lo más alto la bandera argentina al ganar la Media Maratón de Río, invitado especialmente por el sponsor oficial: Olympikus. En esa prueba, acompañado por Bernardo Quiroga como guía, utilizó las flamantes Olympikus Runway para imponerse en la distancia de 21.097 metros en Río de Janeiro, superando un clima húmedo y cálido, con subidas y bajadas.

Ese escenario, donde un año antes se habían desarrollado los Juegos Olímpicos, tenía un significado diferente.
Todos los corredores iban a buscar una carrera, pero Santero no podía olvidar que si bien había logrado su pase y clasificar para los Juegos Paralímpicos 2016, el país no lo había llevado por priorizar a atletas de otras disciplinas antes que la de maratón.

Y de festejar por haber clasificado para ir, debió conformarse con enterarse de los resultados desde su casa.

“Correr en Río fue una experiencia hermosa, pero además tuvo como condimento especial el haber competido en un lugar en el que me hubiera gustado estar un año antes”, expresó José Luis, quien agregó: “No estaba programada esta carrera, pero viajé con la idea de ganar y así se dio. Fui segundo hasta el kilómetro 9, superando subidas y bastante calor. Después de pasar a un brasilero que iba punteando, pude mantener el rimo y correr a 3 minutos y 59 segundos el kilómetro, que era lo que quería”.

 


UN SUEÑO LLAMADO “TOKIO 2020”

Santero entrena todos los días, con dobles turnos divididos entre el CeNARD y la pista de atletismo del Parque Eva Perón, en su Lomas de Zamora. Tanto esfuerzo y dedicación tiene un objetivo claro: estar en los Juegos Paralímpicos de Tokio en 2020. Sus piernas buscan revancha y sus sueños están más vivos que nunca. “Sé que voy a llegar con 43 años, pero no me asusta. Me siento con ganas y confianza para alcanzar el objetivo”, expresa sin titubear. En el 2012, José llegó en el puesto 14, recorriendo los 42 kilómetros en 3 horas y 9 minutos. Por lo pronto, los próximos objetivos son el viaje a Cachi, Salta, para prepararse en la altura durante tres semanas, bajando al llano un día antes del medio maratón de Buenos Aires, donde es el candidato a quedarse con el triunfo. ¿Y luego? En sus planes está el ir a correr los 42K de Chicago, en Estados Unidos.


UNA CARRERA CON EL “COLO”

Así como Santero es de los mejores corredores de maratones de la Argentina, otro en un nivel similar es Mariano Mastromarino, representante olímpico en Rio 2016. Ambos tienen en común, entre otras cosas, pretemporadas en Cachi o ser ganadores en el Maratón de Buenos Aires. Con una buena relación, el “Colo” Mastromarino se ofreció ser guía en alguna carrera. “Le respondí que sí, para mí sería un placer. Hablamos mucho cada vez que nos encontramos y estaría bueno”, sostuvo. La nota concluye y no hace falta decirle más, ni indicarle donde está la puerta. Santero se despide, extiende el bastón verde que indica su condición visual y junto a su novia y atleta Lorena Moukarzel se retira caminando como si viera, como si ningún problema lo afectase. Como uno más…


 

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