3 reglas que todo corredor debe tener en cuenta

Existen tres reglas de oro ideales para todo corredor que desea evitar caer en la tentación de abandonar la actividad.

10 de diciembre de 2024

Empezar a correr puede generar una mezcla de sensaciones, que en determinadas personas, pueden ir de la euforia a la desilusión por no alcanzar las mejoras esperadas en determinado tiempo. Por ese motivo, para evitar sentirse abrumado o con ganas de rendirte al iniciarse en la actividad, hay tres reglas de oro que permitirán prosperar como corredores principiantes.

Con el objetivo de mantener la motivación, se debe tener en cuenta que el caminar en medio de los entrenamientos no es algo negativo, como también entender que no se puede entrenar al 100% de nuestro potencial todos los días, y entender que no siempre se tendrá motivación al salir a correr.

Vale aclarar que estas situaciones son muy comunes al empezar la actividad y no es raro o anormal cometer estos errores. De hecho, todo runner en su nivel inicial (y también más adelante) suele caer en estas “trampas” al querer correr siempre a buen ritmo, o creer que se debe tener siempre ganas de salir a entrenar, cuando la realidad es completamente diferente. Por eso, estas tres reglas te ayudarán, sobre todo en los inicios.

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Las 3 reglas a considerar

Estas son las tres reglas de oro que todo corredor debe tener en cuenta:

  • No sentir vergüenza al caminar en diferentes tramos del entrenamiento. Muchos corredores, sin importar el nivel de cada uno, creen que caminar en determinados momentos de la rutina está mal, con el fin de recuperar energías o descansar. Pero esto es erróneo, sino que tomar determinadas pausas pueden traer beneficios a nivel fisiológico. Incluso, para los corredores de nivel inicial, comenzar combinando trotes con caminatas es lo más recomendado.
  • No siempre se tendrán ganas de correr. No siempre se estará al 100%, y en muchos casos, se tendrá que luchar contra la falta de motivación para comenzar el entrenamiento. No importa el nivel de runner ni la experiencia, siempre habrá días en los que uno preferirá quedarse en la casa y sin salir a correr. Por lo que si uno tiene un día en el que no cuenta con ganas, no es algo negativo o se deba abandonar la actividad.

En ocasiones, lo ideal para estos casos es hacer modificaciones en la rutina de entrenamiento, y a medida que pasen los minutos, el runner ganará mayor motivación física o psicológica.

  • No es necesario correr fuerte y rápido todo el tiempo. Es muy normal en los runners, sobre todo en el nivel inicial, creer que uno debe salir a correr lo más fuerte que puedan, lo que se traducirá en un buen entrenamiento. A pesar de ello, no hay nada más equivocado. Incluso, esto podría terminar en lesiones o frustraciones.

Por estos motivos, se vuelve vital contar con un plan de entrenamiento que ordene los trabajos durante la semana, con días en los que habrá que hacer trabajos de series, cambios de ritmo o rodajes suaves, dependiendo de los objetivos que cada corredor tenga por delante.

El pasar por diferentes tipos de estímulos, intercalando días intensos con otros de trotes, aportarán una mejor preparación para rendir mejor. 

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Es por eso que el contar con un entrenador profesional o coach que nos guíe será más que fructífero para evitar cometer errores, como también ordenar el plan de trabajo.

Al empezar a correr, el objetivo primordial será el de construir una base aeróbica, para luego incorporar ejercicios específicos de velocidad y distancia

Con estas reglas, el primer objetivo que se debe buscar es el de aprender a disfrutar de correr y, más tarde, el de adquirir velocidad, como también mejorar otro tipo de características.

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