Velocidad: El secreto son las series cortas

Dentro de un plan de entrenamiento, hacer pasadas cortas nos permitirá ganar en velocidad y encarar nuestras próximas carreras de una mejor manera.

24 de octubre de 2022

Dentro de un plan de entrenamiento, hacer pasadas cortas nos permitirá ganar en velocidad y encarar nuestras próximas carreras de una mejor manera.

Entrenar las pasadas cortas forman parte de un grupo de trabajos y la sola realización de ellas no traerá beneficios. Se debe comprender que hay que entrenar diferentes aspectos para alcanzar una mejoría.

Hacer muchas pasadas cortas permiten mejorar nuestro VO2 máximo, es decir, la cantidad máxima de oxígeno que nuestros músculos pueden llegar a absorber.

Con este enfoque, se trabaja en mejorar el lado anaeróbico mediante mucha carga de series cortas.

Así, se logra un entrenamiento muy práctico y válido para trabajar el fondo y la velocidad al mismo tiempo, sería hacer series de 400 metros rápido (no al máximo) recuperando otros tramo similar a ritmo suave, sin parar y así enlazar con la siguiente serie.

El entrenamiento de la velocidad es una de las prioridades en el deporte y, también, en el ámbito de la salud. Por un lado, la rapidez de un sprint es determinante en distintas modalidades deportivas.

Pero, además, la ejecución de acciones veloces es muy beneficiosa ya que con la edad se van perdiendo fibras rápidas o tipo II-A, lo que afecta negativamente a la salud. En este sentido, la genética influye en un deportista a la hora de entrenar la velocidad: los campeones mundiales de maratón poseen entre un 93% y un 99% de fibras lentas en los gemelos.

Por el contrario, los corredores de velocidad disponen de sólo un 25% de fibras lentas, lo que los beneficia para correr más rápido. A continuación te damos algunos consejos para poder mejorar los sprints.

LAS VENTAJAS DE LOS ENTRENAMIENTOS LARGOS

Lo primero a tener en cuenta es que existen únicamente dos modos de entrenamiento. Por un lado, las acciones específicas, que como su nombre lo indica consisten en realizar la misma acción que un sprint, en donde se pueden incluir diferente variantes como sprints resistidos con paracaídas, entrenamiento de supravelocidad, o sprints en terreno inclinado. Por otro lado se encuentran las acciones no específicas.

La velocidad y la fuerza, de la mano

En este caso se realizan acciones para la mejora de la aplicación de fuerza por unidad de tiempo mediante ejercicios como sentadillas o extensión de caderas.

¿Cuál entrenamiento es mejor? Aunque existe cierta evidencia de que el entrenamiento específico podría ser mejor, no hay una conclusión final al respecto. Aunque sí se han mostrado diferencias en cuanto a la carga del entrenamiento con acciones no específicas. En este sentido, ejercicios con cargas de alrededor del 30% del peso corporal forman parte del tipo de entrenamiento más eficaz para mejorar la velocidad.

LA PLANCHA ES MÁS EFECTIVA QUE HACER ABDOMINALES

Ejercicios recomendados. En términos biomecánicos el vector de fuerza durante un sprint no es completamente vertical (axial) ni horizontal (anteroposterior), ya que el desplazamiento es hacia adelante de forma perpendicular. Un ejemplo de una acción en la que el vector de fuerza es axial es la ejecución de una sentadilla. La fuerza aplicada en el suelo con los pies se desplaza de abajo hacia arriba por todo el cuerpo hasta poder levantar la carga. Esta acción ayuda en la mejora del sprint ya que aunque el vector de fuerza no es exactamente el mismo, tiene cierta similitud. Además las cadenas articulares y musculares implicadas son similares: flexo-extensión de tobillo, rodilla y cadera.

Por el contrario, realizar una extensión de cadera implica un vector de fuerza anteroposterior (horizontal) que tiene ciertas similitudes con un sprint. De hecho este ejercicio se centra en la extensión de cadera, que es determinante para la activación de los glúteos, los cuales son fundamentales al realizar un sprint. Además este ejercicio es más específico y eficaz para dicha musculatura en comparación con la sentadilla. No obstante, también se produce una flexo-extensión de la articulación de la rodilla y del tobillo, aunque no muy pronunciada en este último.

Temas relacionados
/ /

Hacé tu comentario

Por si acaso, tu email no se mostrará ;)