Corre 21k y rompe el récord empujando un cochecito de bebé
El cuidar a un hijo y correr 21k no es tarea fácil, y más cuando no aparecen alternativas para dejar al hijo.
El cuidar a un hijo y correr 21k no es tarea fácil, y más cuando no aparecen alternativas para dejar al hijo.
Eso mismo fue lo que le pasó al fondista danés Jacob Simonsen. Con 28 años, preparó con mucha dedicación la media maratón de Aarhus y no quería perdérsela por nada en el mundo.
A pesar de ello, no tuvo con quien dejar a su hijo Viggo, de un año. La niñera le canceló a última hora y tuvo que pensar rápido.
Así fue como decidió correr empujando el cochecito de bebé los 21k, y de manera inesperada, se enteró que había roto la marca mundial, logrando establecer un nuevo récord.
Empujando el carrito del bebé (22 kilos de peso más el niño) ha hecho historia al cruzar la línea de meta en 1 hora, 8 minutos y 4 segundos (a 3:13 el kilómetro) con pasos intermedios increíbles como el 15:18 del km 5 o el 31:37 del km 10.
Tras completar la carrera, en sus propias redes sociales, Jacob Simonsen bromeó: “Fue bastante especial correr con él, se pasó casi toda la carrera durmiendo, pero también fue bastante duro ya que sólo tienes una mano dirigiendo. Pero ¡imagina tener un récord mundial antes de haber cumplido un año! Es un momento muy especial para que Viggo lo pueda contar cuando se mayor”.
El dejar los 10k para dar el salto
Un corredor del peso que pusimos como ejemplo, y con un 45% de masa muscular total y la mitad de ella en las piernas, puede almacenar aproximadamente 310/570 gramos de carbohidratos, lo que equivale a entre 1.250 y 2.270 calorías de glucógeno depositado en las piernas. Es decir que las reservas de glucógeno existentes en su cuerpo le sobrarán para un 10K, pero seguramente no le serán suficientes para un 21k.
Teniendo en cuenta todo lo señalado, hay algunos cambios que se deben hacer sí o sí en los entrenamientos. Lo primero es ir aumentando todas las semanas los kilómetros que corremos. La resistencia es la virtud que todo corredor de largas distancias necesita entrenar, ya que será la habilidad que le permitirá terminar las carreras en buenas condiciones. Lo mínimo que se recomienda es hacer 60K por semana, para poder rendir al máximo el día de la competencia y marcar un buen tiempo en los 21k.
Otra cuestión a tener en cuenta es la frecuencia. Se debe entrenar entre cuatro y cinco veces por semana, ya que eso permitirá aumentar el kilometraje de forma gradual y segura, y también incluir entrenamientos lentos y específicos de manera más segura.
Por último, realizar fondos más largos. Estos tienen como objetivo el correr una distancia mayor que en el resto de los entrenamientos semanales, pero a un ritmo lento y relajado. Y es necesario hacerlos porque contribuyen a la generación de una serie de adaptaciones fisiológicas muy importantes: aumentan el número, el tamaño y la eficiencia de las mitocondrias en las fibras musculares; sirven para que los músculos aprendan a almacenar más glucógeno; y acostumbra al cuerpo a utilizar las grasas cómo combustible de una manera más eficiente.
Los entrenamientos de fondo también dan la posibilidad de entrenar la mente para correr durante mucho tiempo, al ayudar a fortalecerla para soportar el agotamiento físico y mental. Lo ideal es hacer fondos cada siete o diez días. Y aunque no hay una “medida universal” sería bueno que durasen entre 1:45 y 2:30 horas para poder completar los 21k de manera satisfactoria.
Antes de comenzar a entrenar, desde Más Aire recomendamos realizarse estudios médicos y ser asesorados, en la medida que se pueda, por un entrenador y un nutricionista, para alcanzar los objetivos deseados de manera indicada.
Hacé tu comentario