Alerta: fracturas por estrés óseo

Aparecen cuando sobrecargamos el cuerpo con entrenamientos. Ignorarlas puede ocasionar lesiones de hasta 8 meses rehabilitación. Cómo saber cuando nos fracturamos y tratarnos a tiempo. 

30 de octubre de 2017

Aparecen cuando sobrecargamos el cuerpo con entrenamientos. Ignorarlas puede ocasionar lesiones de hasta 8 meses rehabilitación. Cómo saber cuando nos fracturamos y tratarnos a tiempo. 

Muchas personas consideran que más, es mejor. Pero en realidad, en cuanto a entrenamiento, es importante saber qué el cuerpo tiene un límite y que no hay que exigirlo por demás. Y también hay que tener en cuenta que el descanso es muy importante. Si no se respetan estas premisas puede ocurrir que los huesos no soporten la sobrecarga, y se produzca una fractura por fatiga o estrés.

En el caso de haberla sufrido, hay algunos síntomas para detectarla. Por ejemplo, si se está corriendo, seguramente se sienta un dolor localizado, de aparición progresiva, y que mejora con reposo -aunque éste es cada vez menos eficaz- y evoluciona con inflamación local e impotencia funcional de la pierna o el pie. También suele sentirse un crujido cuando se realiza la palpación. Ante este cuadro, y en ausencia de golpes o caídas, es importante no dudar y empezar a tratar la fractura lo antes posible, pues ello permitirá una evolución favorable en dos o tres meses.

Si en cambio se demora en el tratamiento y detección, se puede llegar a necesitar ocho meses para la rehabilitación. Además, puede llegar a producirse el callo hipertrófico, con mala consolidación y riesgo de desplazamiento secundario de los extremos óseos implicados.

En cuanto a la prevención, lo mejor es realizar un entrenamiento progresivamente dosificado, sin excederse. En especial si ya venimos con alguna molestia o si estamos empezando a entrenar luego de un largo período de inactividad. También se recomienda un calzado blando y de suelas gruesas, y de ser necesario usar plantillas.

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