Cinco músculos que todo corredor tiene que conocer

Si bien los corredores saben lo importante que es tener todos los músculos bien entrenados, la mayoría desconoce que hay cinco que son especialmente claves para poder rendir al máximo. A continuación te contamos cuáles son.

1 de septiembre de 2017

Si bien los corredores saben lo importante que es tener todos los músculos bien entrenados, la mayoría desconoce que hay cinco que son especialmente claves para poder rendir al máximo. A continuación te contamos cuáles son.

Bíceps femoral: es uno de los músculos que está en la parte posterior de la pierna, integrando los famosos isquiotibiales, y por ello es tan importante. Tiene dos partes: la cabeza larga, que se adjunta a la isquión (la parte inferior y posterior del hueso de la cadera), y la cabeza corta, que se une al hueso del fémur. Las dos cabezas del bíceps femoral permiten realizar la flexión de la rodilla, pero la cabeza larga (la que se encuentra en parte superior) también colabora con la extensión de la cadera. Cuando tus rodillas están semiflexionadas, el bíceps femoral colabora en una ligera rotación externa.

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Al correr, la activación del bíceps femoral (junto con otros músculos) es lo que permite el flexionar y extender las rodillas y cadera en cada una de tus zancadas. El cuidado de este músculo es sumamente importante para un corredor no sólo por su función, sino por las inervaciones nerviosas que posee: la cabeza corta está inervada por la rama fibular del nervio ciático, y la cabeza larga por la rama tibial del nervio ciático.

Para quienes no lo saben vale decir que el nervio ciático es un nervio grande que se inicia en la espalda baja, pasa por los glúteos y baja hasta la parte inferior de tu pierna. Es el nervio más largo y ancho en el cuerpo humano, y proporciona la conexión con el sistema nervioso. Es por eso que problemas en el bíceps femoral, como acortamientos o nudos musculares, pueden generar dolorosas situaciones que pueden hasta ser confundidas con hernias de disco.

Músculo semitendinoso: al igual que al bíceps femoral, se lo puede encontrar en la parte posterior de la pierna. Es uno de los tres músculos isquiotibiales, además del semimembranoso y el ya nombrado bíceps femoral. Se encuentra entre los otros dos y, al igual que éste último, trabaja colectivamente para flexionar la rodilla y extender la cadera. También ayuda a realizar una ligera rotación interna de la tibia cuando la rodilla está flexionada. Comienza en la superficie interior de la base de la pelvis (conocida como la tuberosidad isquiática) y el ligamento sacrotuberoso. Se inserta en el cóndilo tibial medial.

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Este músculo se compone principalmente de las fibras musculares de contracción rápida y, al igual que en el caso del femoral, un segmento del nervio ciático pasa por su recorrido.

Como en el resto de los músculos de los isquiotibiales, sufrir problemas en el semitendinoso, como acortamientos o nudos musculares, pueden generar dolorosas situaciones que pueden hasta ser confundidas con hernias de disco.

Músculo sartorio: es el músculo más largo de todo el cuerpo humano; es largo y delgado, similar a una banda y se encuentra en la región anterior del muslo (la parte frontal). Se origina en la espina ilíaca anterosuperior (una proyección ósea en la parte superior de la pelvis) y se desplaza en el eje superior de la tibia, o hueso de la espinilla. Como consecuencia de su recorrido el sartorio tiene la característica de cruzar dos articulaciones: la cadera y la rodilla. Ayuda a la flexión, la aducción y rotación de la cadera, además de colaborar en la flexión de la rodilla.

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Los corredores que suelen conocer a este músculo son aquellos que padecen de una lesión conocida como “tendinitis de pata de ganso”, que es la forma en la que se conoce al tendón anserina, que recibe este nombre debido a su similitud con la forma que tienen las patas de los gansos. En términos simples, la “pata de ganso” es el punto en que los tendones de los músculos semitendinoso, sartorio y gracilis se encuentran y se unen a la tibia en la parte interior inferior de la rodilla. Los síntomas de esta lesión a menudo incluye hinchazón, sensibilidad y dolor.

Sóleo: los músculos de las pantorrillas son imprescindibles para asegurar el movimiento, y aunque suelen funcionar como un grupo es bueno conocer que están compuestas por dos músculos: el gastrocnemio (los famosos gemelos) y el sóleo. Ambos se unen con el tendón de Aquiles, que es el tendón más fuerte y grueso del cuerpo humano. El sóleo es un músculo ancho y grueso que está ubicado debajo del gastrocnemio, por lo que una gran parte de él no puede ser “vista”. La función principal es colaborar en la flexión plantar del tobillo.

soleo

Piriforme: el músculo piramidal o piriforme es un pequeño músculo ubicado profundamente dentro de la región de la cadera y de la región glútea, que conecta el sacro (la región más baja de la columna) con el fémur (hueso del muslo). Es de forma aplanada y triangular, de vértice externo, lo que da origen a su nombre. Su función es la extensión, rotación externa y abducción del fémur cuando la pelvis está fija.

piriforme

Debido a los movimientos que se realiza cuando se corre el piramidal sufre de tensiones elevadas, lo que puede generar una cierta tendencia a estar acortado, o bien a sufrir alteraciones debidas a sobreesfuerzo. Por su estrecha relación con el nervio ciático (que pasa por debajo del músculo piriforme), las alteraciones del piramidal pueden provocar dolor que en ocasiones se confunde con ciática. Este tipo de problemas suele ser conocido como síndrome del piriforme, una condición en la cual el músculo piramidal sufre una contractura o espasmo e irrita el nervio ciático, causando dolor en la región glútea y puede incluso dar lugar a dolor referido en la parte posterior y distal del muslo.

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