Correr en la playa: los beneficios
Las vacaciones de verano permiten a los amantes del running correr en una superficie no habitual, como es la arena.
Las vacaciones de verano permiten a los amantes del running correr en una superficie no habitual como es la arena. Ante esta situación hay varias situaciones a tener en cuenta.
Diferentes estudios han determinado que correr sobre la arena, y descalzo, requiere entre 1,6 y 2,5 veces más energía de la que se necesita al correr en una superficie estable. Esto es porque el movimiento que realizamos al levantar los pies de la arena (al no tener un apoyo tan firme como en otras superficies) supone que el cuerpo tenga que trabajar más.
Pero si bien esos estudios hablan sobre el running sobre la arena pero descalzo, los especialistas piensan que correr sin calzado es sólo para los más experimentados, es decir para quienes tienen los músculos más desarrollados.
En cuanto a los beneficios de esta superficie, hay que decir que es ideal para trabajar la propiocepción, que es uno de los sentidos que tenemos incorporados y que actúa como mecanismo de defensa ante movimientos que puedan lesionar una articulación.
Además, correr con precaución sobre la arena fortalece los tobillos, cuádriceps y gemelos. Y también mejora la respiración, gracias a la temperatura, a la humedad y a la baja presión del ambiente que facilita la recepción de oxígeno por parte del organismo.
Correr en la playa quema más calorías
Por otra parte, se queman mayor cantidad de calorías debido a la presencia del yodo en la arena y en el ambiente; se estimula la glándula tiroides facilitándose la quema de calorías; y como la arena es un exfoliante natural, ayuda a suavizar la piel.
¿Cuáles son los riesgos? Lo primero a tener en cuenta es que se trata de una superficie irregular. Por lo tanto, es mejor evitar la arena si se sufren de problemas articulares o debilidad en los tendones. Por otro lado, no es tampoco recomendable para las personas que se están recuperando de alguna lesión reciente (dentro de los últimos cinco meses) en rodillas o tobillos.
Y en caso de finalmente elegir este escenario para correr, hay cuatro consejos fundamentales para hacerlo sin inconvenientes: siempre conviene elegir la zona de la orilla, donde la arena mojada es más firme; es mejor hacerlo a la hora de la marea baja (se puede averiguar en Internet o preguntarle al guardavidas), para tener más espacio de arena mojada para correr; en cuanto a las zapatillas, se recomienda una que tenga tejido cerrado ya que ayudará a que no te entre arena; y no olvidar ponerse mucho protector solar y usar lentes negros para el sol.
Los mitos en el running
Estos son algunos mitos comunes en el running:
- Los runners no caminan nunca, sólo corren. Esto es falso, ya que es un concepto erróneo muy común. El caminar durante un entrenamiento de running no está mal. De hecho, el incorporar tramos de caminata en cualquier plan de entrenamiento aporta muchos beneficios.
- No creer en uno mismo para correr. A la hora de volcarse al running, mucha gente piensa sólo en atletas de elite u olímpicos, cuando aquellos que participan en los Juegos conforman un grupo del 0,001% de la población mundial. Por lo que teniendo en cuenta que las personas están hechas para correr y no para estar sentadas todo el día para una pantalla. Es cierto que no cualquiera podrá correr un maratón o determinada cantidad de kilómetros, pero con una buena guía o entrenamiento se podrá correr sin problemas.
- Tomarse unos días de descanso empeorará la condición física. Contrariamente a la creencia popular, descansar unos días del entrenamiento no tiene un impacto significativo en la condición física.
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