Maratón de Buenos Aires: ¡Insólito! perdió por el “muro” pero culpó al perro
Una foto que se volvió viral hace un par de días por un hecho que ocurrió en el Maratón de Buenos Aires derivó en un hecho tan curioso como bochornoso.
Una foto que se volvió viral hace un par de días por un hecho que ocurrió en el Maratón de Buenos Aires derivó en un hecho tan curioso como bochornoso.
El atleta keniata Robert Kimutai Ngeno, de 29 años, fue tercero en el maratón y sufrió un par de incidentes que si vieron no fueron determinantes para que perdiera la punta, sirvieron como excusa perfecta para explicar los motivos por los que no ganó.
De hecho, la mentira comenzó al adjudicar el ataque del perro en el kilómetro en que perdió la punta, cuando eso sucedió ¡17 mil metros más adelante!
En el kilómetro 21, a la altura del Cabildo de Buenos Aires, el keniata sufrió la embestida de un perro, aunque este hecho, de acuerdo a las estadísticas reflejadas en la carrera, no alteraron su marcha.
De hecho, al ver los tiempos finales del corredor, queda claramente determinado que siguió su carrera sin problemas a pesar de ese detalle.
Más tarde, en el kilómetro 38, Ngeno sintió el cansancio lógico por el muy buen ritmo que llevaba y terminó perdiendo terreno, siendo superado por dos compatriotas y quedando relegado al tercer lugar.
En el kilómetro 30 llevaba un minuto de ventaja, pero en el 35 fue alcanzado, mientras que en el 40 estaba 50 segundos por detrás de Kiplagat (ganador) y 5 más atrás de Tanui, el segundo.
En conclusión, cualquier corredor que haya hecho alguna vez la distancia de maratón, entiende y comprende los números y se puede dar cuenta perfectamente que fue el “muro” el que le impidió ganar, y no otro motivo.
El rendimiento de Ngeno
Ngeno corrió los primeros 15 kilómetros del maratón de Buenos Aires pasando en un tiempo de 45 minutos y 16 segundos, mientras que Tanui y Kiplagat, los perseguidores, fueron en dupla, 12 segundos más tarde.
El kilómetro en el que sufrió el incidente, el keniata lo hizo en 2 minutos y 59 segundos, lo que refleja que no ocurrió nada más allá de lo que refleja la imagen, y pasó la media maratón en 1 hora, 3 minutos y 22 segundos.
Claro, los dos escoltas iban 40 segundos más atrás, pero ese esfuerzo hizo que luego lo pagara en el final de la carrera.
Lo cierto fue que al llegar a su país, de acuerdo a lo informado por los medios, acusó al perro y hubo un senador keniata que salió en su defensa, pero la federación de su país, obviamente al comprender la situación, no elevó ninguna queja para no quedar expuesta a las burlas internacionales por las mentiras del atleta.
Los primeros tres de la maratón de Buenos Aires
La competencia, que tuvo la participación de más de 11 mil runners, tuvo a Cornelus Kibet Kiplagat y su compañero de equipo, el ex subcampeón olímpico de 10 mil metros Paul Kipngetich Tanui, consiguieron desprenderse en los últimos tramos de otro keniata, Robert Kimutai Ngeno, quien había llevado la iniciativa hasta entonces, para concretar el 1-2 en esta prueba.
Kibet, quien aparecía como favorito tras su antecedente de 2h08m02s en febrero pasado en Valencia, fue el triunfador con 2h08m29s quedando Tanui en el segundo puesto con 2h09m57s y Ngeno, tercero con 2h10m16s. El récord del circuito está en poder de otro keniata, Evans Chebet, quien venció en 2019 con 2h05m00s para convertirse desde entonces en una primera figura mundial.
¿Qué es el muro?
El muro es el mayor temor de todos los que se animan a desafiar el maratón. Conocido como “el muro”, todos los corredores lo sufren, aunque cada uno lo hace de maneras diferentes.
Principalmente, todos los debutantes en la maratón son los que le temen al no haberse enfrentado jamás con tal sensación. ¿Pero qué es? ¿Cuáles son las sensaciones que recorren nuestro cuerpo y cómo se logra combatirlo?
Por lo general, pasados los 30 kilómetros, todos los seres humanos sufren de la ausencia de glucosa, por lo que cuando las reservas de agotan, se produce la falta de energía. Ahí está el muro.
Hay que tener en cuenta que más que tomar en cuenta los 30 kilómetros, suele suceder pasadas las tres horas de carrera.
En el momento en que nuestro cuerpo se queda sin reservas de energía, ante la necesidad de glucógeno, apela a utilizar las reservas de grasa, produciendo en este proceso cuerpos cetónicos.
En ese momento es cuando aparece la fatiga muscular y se llega al muro.
Allí, las piernas suelen “sentirse pesadas” y se pierde el ritmo de carrera, descendiendo el nivel y volviéndonos más lentos.
Con este panorama, es de vital importancia el tener reservas de glucosa, como también abastecerse de geles, caramelos, frutas, bebidas isotónicas o barritas de cereal para compensar la pérdida.
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