Atleta trans gana por primera vez una carrera en Argentina
Por primera vez en la historia, una atleta trans ganó una carrera de running en la Argentina. Anna Scappini se impuso en los 9 kilómetros de la Independencia, una multitudinaria competencia de pedestrismo, realizada en Capital Federal.
Por primera vez en la historia, una atleta trans ganó una carrera de running en la Argentina. Anna Scappini se impuso en los 9 kilómetros de la Independencia, una multitudinaria competencia de pedestrismo, realizada en Capital Federal.
Scappini fue la primera en la clasificación entre casi 1900 competidoras, corriendo a un ritmo de 3 minutos y 48 segundos el kilómetro.
De esta manera, la atleta trans cruzó la meta en un crono de 34 minutos y 11 segundos.
La atleta que hizo historia
Con un total de casi 4500 corredores, Anna finalizó en el puesto 16 de la clasificación general.
Federada por el club porteño FCmax, es la primera atleta trans de la historia en Argentina.
De nacionalidad paraguaya, tiene 33 años y elogió mudarse al país porque en América Latina “es el país más inclusivo”, opina. “Es muy difícil ser una mujer trans en Paraguay, donde hay mucho machismo y fobia. Acá es distinto, y no es algo menor que exista la Ley de Identidad de Género”.
Con el objetivo de estudiar y trabajar, se radicó en Argentina. Hoy asiste a la Universidad de Quilmes, donde cursa dos carreras. Respecto al deporte, a partir del 2019 comenzó a correr y se enganchó con la actividad.
En cuanto a competencias, curiosamente la primera carrera que corrió como runner amateur fueron los 9k de la Independencia.
Luego, comenzó a realizar entrenamientos más exigentes, además de nadar y ejercitarse en el gimnasio de musculación.
Igualdad ante otras atletas
Respecto a su situación ante otras atletas, Anna confió: “No creo que haya diferencias con el resto de las chicas a causa del tratamiento hormonal que vengo haciendo desde hace años. Esto te hace perder fuerza y tener contextura femenina”.
Actualmente, Anna está realizando TRH (Terapia de Reemplazo Hormonal), adecuándose al género autopercibido (desarrollando rasgos de acuerdo al sexo).
“Estoy realizando el tratamiento de acuerdo a lo que piden mis endocrinos, buscando lo que haga mejor a mi cuerpo. Hace un tiempo hice lo que pedía la World Athletics, pero creo que eso hoy es irrelevante si se tiene en cuenta la discriminación institucional (no social) que se da en carreras de calles no homologadas”, destaca.
En cuanto a lo federativo, expresa: “Si bien salí primera en algunas competencias organizadas por la Federación Atlética Metropolitana, no fui premiada y han colocado mi posición como invitada o por debajo de otras competidoras que llegaron detrás mío”.
Cuando ganar es el problema
Para Anna, el mayor problema comenzó a verse al avanzar en las clasificaciones.
“Cuando vas y solamente competís, no pasa nada, el inconveniente se presenta cuando te va bien. Ahí empiezan los peros, no te quieren premiar y te ubican en cualquier puesto. Es por eso que creo que lo mejor es que se considere tener una categoría y así nadie se siente incómodo”, remarca.
La referencia
Hoy en día, cada vez se ven más casos de atletas trans de alto rendimiento, y el caso de Caster Semenya no es el único.
“Todavía no hay una verdadera integración ni tampoco se ve que se esté haciendo algo, no hay propuestas, el mejor reflejo se vio en la natación con el caso de Lía Thomas, aunque FINA estableció una categoría libre. En las carreras o el atletismo, aún no lo proponen”, detalló.
-¿Cuál crees que sería el camino justo?
-Que se empiece a considerar darle un espacio real, que exista una categoría, que no te aparten o te pongan “donde caiga el cursor del mouse”, sino acorde a lo que hiciste. Creo que sería lo mejor.
En cuanto a ser la primera en la actividad, tiene sus pro y sus contra y ella lo sabe. “Siempre, al ser pionera en algo, saldrán situaciones negativas, pero también está la satisfacción de alcanzar un objetivo y abrir el camino a las que vienen detrás”, argumenta.
Foto de portada: Fotorun
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